La efectividad del Plan Control Territorial ha generado una reducción sostenida de los índices de criminalidad en los dos primeros años del Gobierno del Presidente Nayib Bukele, justo hoy que inicia el tercer año de su mandato y que proyecta continuar con los importantes resultados en materia de seguridad pública.
En el pasado quedaron los días con promedios de hasta 30 asesinatos, generados por el desinterés de los anteriores gobiernos que nunca encontraron solución a una problemática que le afectaba a la mayoría de la población salvadoreña.
Cuando el Presidente Bukele asumió el cargo, El Salvador registraba una tasa de 50 homicidios por cada 100,000 habitantes. Con las acciones incluidas en el Plan Control Territorial en el primer año se obtuvo una baja a 36 homicidios por cada 100,000; mientras a la fecha se contabiliza 19 homicidios por cada 100,000 habitantes.
Con la implementación de la estrategia de seguridad ya suman 41 días sin asesinatos durante los primeros 24 meses del actual Gobierno, logrando una baja en la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes.
El Presidente Bukele ha mantenido su visión de promover la dignificación policial, impulsando beneficios económicos al personal operativo y administrativo de la Policía. Además de promover la mayor cantidad de ascensos en la historia de la corporación policial.
Con los ascensos se está cumpliendo una deuda histórica con el cierre de cuatro centros penales durante la administración del Presidente Bukele. Además, se ha construido más espacios en el centro penal de Mariona para reducir el hacinamiento en el sistema penitenciario.
También se han trasladados a los privados de libertad que permanecían en las bartolinas policiales, las cuales no son espacios adecuados para albergar a reclusos procesados y mucho menos condenados. El sistema penitenciario que en el pasado tuvo momentos con más del 150 % de hacinamiento ha logrado reducir a un 8 % con la construcción de nuevos y mejores espacios.
El abordaje positivo en materia de seguridad pública ha dinamizado la economía del país, ha generado confianza a nivel internacional y ha hecho que los inversionistas vean a El Salvador como un destino para proyectos estratégicos, que generarán desarrollo a favor de los ciudadanos.