Las consecuencias de la pandemia por COVID-19 en El Salvador han complicado el margen de maniobra que tiene el Gobierno del Presidente Nayib Bukele sobre las finanzas públicas, y a pesar de que la situación se advirtió desde abril, el bloque de oposición se ha empecinado en obstaculizar incluso las acciones que proveen una solución.
“Nosotros tenemos una cantidad limitada de dinero y tenemos que ocuparla en pagarle a los maestros, a los médicos, a los soldados…”, dijo el mandatario. En resumen, los ingresos han caído en $712 millones en el transcurso del año, y además de eso, hay gastos que se han multiplicado, como la respuesta ante la pandemia, la reconstrucción después de las tormentas tropicales y el apoyo a la reactivación económica.
Este escenario ya se había planteado. Fueron cuatro las crisis que el equipo de Gobierno logró identificar entre marzo y abril, cuando comenzó la implementación de medidas enfocadas en prevenir los contagios por COVID-19. Toda esta información se le expuso al sector privado y a los diputados. La primera que se advirtió fue la caída de ingresos para el fisco, que se refleja directamente en la caja, donde está el dinero líquido para el gasto diario.
Fue después de haber previsto estos escenarios que se preparó la estrategia de financiamiento con préstamos, bonos y operaciones con el presupuesto vigente. Todo esto lo aprobaron los mismos diputados.
Hasta octubre, son $1,419.5 millones en fondos externos que el Gobierno gestionó y de los que ya envió solicitud para aprobación, de los cuales, $1,159 corresponden con el contexto de la pandemia. Por su parte, los diputados han votado para asignar apenas $606 millones, y aún dentro de ese monto, la mayor parte del dinero se dirigió a las alcaldías o a otros gastos más rígidos. De todo el dinero gestionado con anticipación, alrededor de $307 millones los pudo utilizar el Gobierno.
El Presidente Bukele señaló que solo la entrega de bono a los hogares superó los $300 millones. Entre construir los hospitales temporales y el Hospital Nacional El Salvador son más de $200 millones adicionales. Las asignaciones no han sido suficientes para contribuir en la crisis.
“Claro que hemos tenido ingresos. Si no, ¿cómo vamos a pagar salarios? ¿El funcionamiento de hospitales, los medicamentos? Lo que no hemos tenidos son los recursos adicionales que se consiguieron en marzo y se aprobaron en abril”, expresó el jefe de Estado. También durante mayo y junio hubo más aprobaciones, pero casi nada se asignó.
En esta misma línea, se refirió a los datos del Banco Central de Reserva que se divulgaron y que hablaban de $1,595 millones en financiamiento interno que obtuvo el Gobierno a través de instrumentos financieros en el mercado de valores. El Presidente Bukele detalló que todos estos fondos ya se han utilizado, debido a la magnitud de la situación: “tanto para la crisis de caja fiscal –que para el final de año puede ser de $1,000 millones–, como para la crisis sanitaria que tenemos que atender, la de las alcaldías y la recuperación económica”.
También están el resto de obligaciones del Gobierno, como el pago de deudas previas que se arrastran desde gestiones anteriores. Incluso a finales de diciembre hay otro paquete de deuda externa que se debe terminar de amortizar, advirtió el Presidente Bukele.
Mientras más avanza el año, es cada vez menor el espacio que tiene el Ministerio de Hacienda para maniobrar con los recursos disponibles. Por eso es ahora más urgente que se desbloqueen los fondos pendientes. “Y se puede resolver tan fácil como: voluntad política. Y ahí están los recursos”, insistió el mandatario.
Además, el mandatario mantiene su compromiso de hacer todos los esfuerzos correspondientes para no afectar a la población vulnerable: las familias, los trabajadores, los agricultores, las mipymes y el personal de Salud y Seguridad que protagoniza el combate a la pandemia.