Los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) se mantienen trabajando en primera línea en la batalla contra el COVID-19.
Los agentes y soldados mantienen controles vehiculares para verificar el cumplimiento de las medidas de bioseguridad de la población, principalmente los usuarios del transporte colectivo.
Las acciones son parte de la articulación del Gobierno del Presidente Nayib Bukele con las cuales se exhorta a la población a cumplir estrictamente las medidas de bioseguridad para evitar aumento en los contagios de COVID-19.
Las autoridades del Ministerio de Salud aseguran que de continuar ignorando las medidas sanitarias para prevenir el COVID-19, como se ha visto en las últimas semanas, el país entraría en una segunda ola de contagios a principios del próximo año.
Lea: El sistema hospitalario público está mejor preparado ante una segunda ola de COVID-19
El ministro de Salud, Francisco Alabi, ha sido enérgico al condenar la organización de algunas actividades organizadas por las alcaldías municipales, como un carnaval en el Puerto de La Libertad, donde ni el alcalde ni los asistentes tomaron en cuenta el distanciamiento físico, ni otras medidas de prevención.
Aunque en El Salvador se mantienen los indicadores más favorables del desarrollo de la pandemia en la región, ésta podría cambiar súbitamente si se continúa de manera irresponsable organizando actos públicos masivos, y si la población insiste en relajar la aplicación de todos los protocolos de bioseguridad.
Ante esta situación, la PNC y FAES han fortalecido la vigilancia permanente en las carreteras del país, verificando que los conductores y pasajeros del transporte colectivo cumplan con las medidas de bioseguridad para evitar la propagación de la enfermedad.
Además, los agentes de la División de Tránsito Terrestre de la Policía se encargan de constatar que los conductores tengan en regla la licencia de conducir y la tarjeta de circulación, así como el cumplimiento del reglamento de la Ley de Tránsito.