Las bancadas legislativas que jamás apoyaron la creación e instalación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (CICIES) ahora están buscando presentar reformas para que esa institución sea independiente del Ejecutivo, en una clara maniobra electorera.
Resulta incongruente que ahora la Asamblea quiera promover reformas para tener el control de una instancia como la CICIES, que nació con el apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que se trata de un ente creado vía decreto ejecutivo, con base en un convenio que solo puede ser modificado por el Gobierno y su contraparte.
Paralelo a ello, los partidos Arena, Fmln y el democristiano Rodolfo Parker han montado comisiones especiales en las que buscan a toda costa mostrar que el manejo de la pandemia estuvo plagado de irregularidades y se cometieron actos de corrupción, por lo que ahora hablan de enarbolar la bandera de la transparencia por medio de instituciones que nunca velaron por su independencia partidaria.
Por años, estos partidos instrumentalizaron entes fiscalizadores donde tuvieron a varios de sus representantes, sin que de verdad se diera una auténtica auditoría de los fondos que manejaron administraciones anteriores.
La CICIES es uno de los pilares en materia del combate a la corrupción, y ha demostrado su total autonomía respaldada por la misma OEA, organización que ha dejado claro que su papel en esa comisión internacional es independiente y que no se basa en una lucha contra la corrupción de forma retórica, sino con una capacidad técnica idónea.
El Gobierno ha dejado claro que es respetuoso de los procesos legales y de la Constitución, por lo que no tolerará que haya un uso discrecional de los recursos del Estado, en detrimento de los programas sociales y el apoyo a los sectores más vulnerables.