El grupo etario entre 20 y 39 años es el que más se ha contagiado de COVID-19 durante lo que va de la pandemia en El Salvador. En total se contabilizan 31,990 personas, entre estas edades, que en algún momento se contagiaron del virus y que ha sido detectadas de manera oportuna por la estrategia de tamizajes que ha implementado el Gobierno del Presidente Nayib Bukele.
Hay una razón lógica que explica la razón de la mayoría de contagios en el referido grupo poblacional y se debe a que es el más activo en la vida cotidiana de los salvadoreños.
Los jóvenes son los que están en permanente circulación en la calle, en el trabajo o en reuniones sociales. Cabe aclarar que este grupo no es el de mayor riesgo con respecto a las letalidades a causa de la enfermedad.
En el caso de los pacientes con mayor riesgo de fallecer por complicaciones derivadas de COVID-19 es el grupo de 60 años en adelante, personas con comorbilidad o que padecen de enfermedades crónicas.
Las autoridades del Ministerio de Salud se aferran a la esperanza de terminar con la pandemia a través de la inmunización por medio de la vacunación. Una vez alcanzado el 80 % o 90 % de la población meta se limita la transmisión del virus y, por ende, los casos tienden a bajar.
Es por ello que el Gobierno mantiene un Plan Nacional de Vacunación permanente, con uno de los mejores ritmos de aplicación de las dosis en el mundo, con el claro objetivo de defender la vida de los salvadoreños.
A esta fecha han sido aplicadas 2.5 millones de vacunas, de las cuales 1.4 millones son de primera dosis y más de un millón ya cuentan con ambas dosis, es decir han completado su esquema de inmunización. El grupo protegido está arriba de los 45 años.
Todas las personas tienen que seguir protegiéndose a pesar de estar vacunadas y, las que no han obtenido el beneficio de la vacuna, deben de hacerlo con más énfasis, aunque lo que se percibe en las calles es contrario: muchas personas que han perdido el temor del virus, abandonado los métodos de prevención. He ahí la importancia de retomarlos.
Esa desidia lleva al país a un leve incremento de los contagios desde el 1 de junio y aunque en este momento no ha causado saturación en el sistema hospitalario, de continuar con esa actitud, la situación se puede llegar a complicar, por lo que se hace un llamado a los salvadoreños a no bajar la guardia y a seguir la lucha contra el COVID-19 y evitar un escenario de crisis sanitaria.