La estrategia empleada por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele para retrasar el ingreso de nuevas cepas de COVID-19 en el país, ha permitido avanzar con el plan de inmunización de salvadoreños. De esta forma se está salvaguardando la vida de la mayoría de la población.
Todas las acciones de prevención sanitaria y de atención a la pandemia que tiene en vigor el Gobierno, han ayudado a que las variantes del virus, muchas de estas de fácil transmisión, no hayan ingresado y causen la explosión de contagios como ha ocurrido en otros países.
Los tamizajes comunitarios y centinelas de todos los días en diferentes municipios y establecimientos de salud, así como la entrega de kits con medicamentos, desinfección de hospitales y atención de consultas médicas por medio del centro de llamadas 132 han contribuido a la contención de las variantes.
El incremento de contagios de COVID-19 que se ha registrado desde principios de este mes en el país, se atribuye en gran medida a la relajación de las medidas de prevención de parte de la población y no a variantes del virus.
Las barreras sanitarias de protección que el Ministerio de Salud ha diseñado han funcionado para contener al máximo el ingreso de las cepas más agresivas del virus.
Este es el mismo esquema que se utilizó desde el inicio de la pandemia para retrasar el ingreso del COVID-19.
La propagación del virus tuvo su origen a finales de 2019 en la ciudad de Wuhan, en la República Popular China. El Salvador detectó el primer caso de contagios el 18 de marzo de 2020, a todo esto, ya se habían tomado todas las acciones para reforzar el sistema de salud pública y estaba en construcción el Hospital El Salvador que ha sido de gran ayuda para salvar la vida de salvadoreños.
La proyección de las autoridades de Salud es tener un alto porcentaje de salvadoreños inmunizados para cuando ingresen al país las cepas agresivas de COVID-19 y minimizar los efectos negativos que puedan desatar.