La cifra de salvadoreños que a diario recibe el resultado de que su examen clínico de COVID-19 ha salido positivo sigue aumentando, mientras una nueva cepa del virus amenaza con propagarse con mayor facilidad entre millones de personas en el mundo.
El Gobierno atribuye en parte el alza de casos confirmados en el país a que la población ha bajado la guardia con la implementación de los protocolos de bioseguridad. En los centros comerciales hay un frenesí por las compras; muy pocos se interesan por guardar el distanciamiento social (físico) que los puede librar de contagiarse.
La situación es amenazante principalmente cuando en las calles se observa a la población en actividades propias de esta época, a pocos días de las festividades decembrinas.
El ministro de Salud, Francisco Alabi, ha reiterado que, de continuar ignorando las medidas de prevención, el próximo año habría un estallido de casos confirmados, como en las peores semanas de la pandemia reportados en julio y agosto, con picos de hasta 449 nuevos casos de contagio en un solo día.
Incluso, el ministro no descarta que se podría entrar en la segunda ola de contagios de continuar con la misma apatía de la población con respecto a los métodos de barrera contra el virus.
La única forma de evitar los contagios es guardar el distanciamiento social, no acudir a lugares donde haya aglomeraciones, usar la mascarilla y lavarse las manos con agua y jabón con mayor frecuencia.
El Gobierno del Presidente Nayib Bukele está permanentemente cuidando de la población, haciendo lo que corresponde: Inspecciones de verificación de cumplimiento de protocolos de bioseguridad en negocios comerciales, en el transporte público de pasajeros, además, no se han dejado de hacer tomas de exámenes para PCR para detectar a personas contagiadas, entre otras acciones que han dado resultado.
También el Presidente anunció la restricción de pasajeros procedentes de Reino Unido y Sudáfrica que es donde circula la nueva variante del virus altamente contagioso.