El Salvador deja de percibir, cada año, entre $1,800 millones a $2,000 millones producto de la evasión fiscal, lo que impide llevar liquidez a las arcas del Estado y ejecutar obras de importancia para los salvadoreños con recursos propios.
Así lo confirmó el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, quien aseguró que esa cartera de Estado está trabajando fuertemente para evitar que haya contribuyentes que no cumplan con sus compromisos. “Ya presentamos diversos casos de presunta evasión ante la Fiscalía General de la República, y desde el 3 de octubre hasta el 30 de junio recibimos $115 millones más de ingresos generados por el plan antievasión”, explicó el funcionario el viernes.
La recuperación de los fondos provenientes de la no tributación se vuelve necesaria en vista de que los ingresos vía impuestos han caído en $647 millones, algo que obliga al Gobierno a adquirir deuda para hacer frente a los compromisos financieros.
“Vamos a profundizar las acciones en el marco de ese plan. Vamos a cerrar esos hoyos fiscales para tener más ingresos y no continuar con ese comportamiento de endeudamiento. No vamos a ser tolerantes con la evasión, tenemos un marco regulatorio adecuado y tenemos que ir a recuperar esos ingresos”, agregó Zelaya.
El flujo de evasión en el país ha sido calculado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Banco Central de Reserva (BCR), entre otros organismos que se especializan en este tipo de estudios, explicó el ministro de Hacienda.
Eso sí, Zelaya dejó claro que siempre tenderán la mano a los contribuyentes que tengan problemas para cancelar sus compromisos, a quienes se les dará un trato preferencial. “Pero con los malos contribuyentes debemos ser fuertes”, advirtió.