El Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha logrado dinamizar la economía a un año de la pandemia del COVID-19, gracias a que mantiene un plan que tiene como principal objetivo reactivar la economía del país, sobre todo, en los sectores más afectados por la crisis sanitaria.
Dentro de los rubros que más resintieron el impacto de la pandemia están las micro y pequeñas empresas (mype), las cuales, gracias a la visión del Presidente Bukele, han sido beneficiadas con medidas de apoyo para que recuperen su actividad económica y contribuyan al desarrollo del país.
La primera acción fue la creación del Fideicomiso para la Recuperación Económica de las Empresas Salvadoreñas (Firempresa), con el que se benefició a las micro, medianas y pequeñas empresas (mipymes) y a los empresarios del sector informal.
Actualmente, con la reorientación de fondos de dicho fideicomiso se apoyará a otros sectores, como taxistas, transporte escolar y emprendimientos de personas con discapacidad.
Recientemente, la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) entregó más de $21 mil para capital semilla de las mypes del sector artesanal, uno de los que se vio afectado al suspenderse el turismo y el comercio local debido a la pandemia, pero que gracias a estos recursos, que son capital de trabajo no reembolsable, tendrán liquidez y reactivarán sus negocios.
“Vamos a comprar materiales porque todo un año no hemos trabajado, nos quedamos sin nada y con esto vamos a comenzar de nuevo para seguir vendiendo nuestros productos. Me siento muy orgullosa del Gobierno de El Salvador porque nos está apoyando”, aseguró Melania López, una de las empresarias beneficiadas.
El Gobierno mantiene un programa de apoyo financiero para las mipymes, con el cual se garantiza que este sector evolucione y crezca, que produzca más y con la mejor calidad, con el objetivo de que se abran paso hacia mercados internacionales que promuevan la integración económica del país.
Con las políticas y programas implementados por el Gobierno, a pesar de la pandemia, se ha logrado la confianza de los inversionistas nacionales e internacionales, que ven en El Salvador un país estable y de grandes oportunidades para el desarrollo económico y social.