El Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha desarrollado un amplio despliegue en todo el país para garantizar que el primer lote de vacunas anti COVID-19, que llegó al país el miércoles producto de las gestiones anticipadas y oportunas del Gobierno, sean aplicadas al personal de salud que sigue enfrentando en primera línea la pandemia.
La amplia logística del Gobierno para la distribución de las 20 mil dosis de la vacuna de la farmacéutica AstraZeneca no se ha detenido en los hospitales nacionales y unidades de salud de todo el país, gracias al trabajo articulado de todas las instituciones gubernamentales que han unido esfuerzos para que el personal de salud reciba la inmunización.
El Gobierno inició con la planificación de la logística a ser implementada desde que se gestionó la vacuna en junio de 2020, pues las condiciones deplorables en las que se encontró el Sistema Nacional de Salud por el abandono de 30 años de las administraciones anteriores, no habrían permitido garantizar el cuidado necesario de la vacuna.
“El presidente Bukele ha hecho lo correcto, ha ido anticipándose. El Salvador está a las puertas de salir adelante y airoso (de esta pandemia)”, manifestó la comisionada presidencial para Operaciones y Gabinete de Gobierno, Carolina Recinos.
El Gobierno ha priorizado la salud de los salvadoreños desde el inicio de la gestión y, con la llegada de la pandemia, ha demostrado a la población su compromiso por dignificar el sistema de salud que ningún gobierno tuvo la voluntad de mejorar.
El Salvador cuenta ahora con una infraestructura hospitalaria moderna, un hospital especializado en la atención de pacientes con COVID-19 y con un equipamiento de primer nivel.
A pesar de las críticas de la oposición, los bloqueos y la limitante de recursos, el Gobierno no ha dejado de brindar la atención en salud a todos los salvadoreños.
Con la llegada de la vacuna contra el coronavirus, el Gobierno nuevamente demuestra que su prioridad es la salud de la población, quienes serán atendidos en centros de vacunación modernos, seguros y dignos, y no en instalaciones improvisadas como lo sugirió la oposición.