El Gobierno del Presidente Nayib Bukele utiliza los impuestos de los salvadoreños como fuente de inversión para obras sociales y proyectos de desarrollo, a diferencia de otras administraciones donde estos fondos eran utilizados a medias y se desfalcaron cientos de millones de dólares de las arcas del Estado.
Ahora, los salvadoreños han podido acceder a beneficios concretos, sobre todo en tiempos de pandemia donde muchos ciudadanos quedaron sin empleo por el cierre temporal o definitivo de sus puestos de trabajo.
La distribución ininterrumpida de alimentos desde mayo de 2020 ha permitido que la población no se quede sin un sustento los tres tiempos, y se ha llegado ya a cuatro entregas de paquetes con insumos de calidad a todos los salvadoreños sin excepción.
La entrega de los $300 para las familias afectadas económicamente a inicios de la pandemia fue otra decisión que llevó alivio a la población, quienes tuvieron la posibilidad de salir a flote con sus familias mientras la emergencia sanitaria se desarrollaba con mayor intensidad.
Pese a la caída en la recolección de impuestos que ocasionó la pandemia, y ante la cual el Gobierno tuvo que priorizar el gasto, se llevó a cabo una decidida apuesta por la reconstrucción de la red hospitalaria que había quedado en condiciones deplorables y que heredaron al país gobiernos pasados.
Los insumos médicos, los medicamentos y, ahora, la vacuna contra el COVID-19 también fueron posibles gracias a que el Gobierno de la República hizo un buen uso de los fondos estatales, pese a que tuvo que enfrentarse a una oposición intransigente por parte de los partidos de oposición que bloquearon toda fuente de financiamiento.
El Gobierno reitera que continuará llevando bienestar a los salvadoreños y utilizando con eficiencia hasta el último centavo del dinero que aporten al fisco, que antes del 1 de junio de 2019 sirvió para engordar partidas secretas donde los fondos se usaban sin ningún control.