Desde antes de que la pandemia llegara a El Salvador, el Gobierno del Presidente Nayib Bukele tomó los pasos estratégicos para garantizar que los insumos médicos llegaran al país, en un contexto difícil en el que todas las naciones buscaban hacerse de los mejores recursos para combatir la pandemia.
El Presidente Bukele ideó un plan en el que se dejó establecido que el Gobierno se anticiparía a la compra de materiales médicos, como trajes de bioseguridad y gabachas, además de mascarillas y productos de desinfección para los 31 hospitales de la red nacional.
Cuando el Hospital El Salvador estaba en construcción, el Gobierno realizó las exitosas gestiones que permitieron equiparlo. Entre esos recursos estuvieron los 250 ventiladores donados por el Gobierno de Estados Unidos.
En esa misma línea, el Ministerio de Salud y las demás instituciones que trabajan de forma articulada comenzaron con el proceso de compra de medicamentos para el tratamiento del COVID-19, lo que ha permitido que este tratamiento llegue, incluso, hasta la puerta de la casa de quienes padecen síntomas de la enfermedad.
Esa misma previsión, aun con el bloqueo de las bancadas de oposición en la Asamblea, permitió que el Gobierno buscara a tiempo que el país fuera uno de los destinatarios de la vacuna anti COVID-19, impulsando al mismo tiempo una logística para una inmunización masiva y ordenada, que inició a partir del miércoles con la llegada de un lote de 20,000 de AstraZeneca, provenientes de India.
Prueba de ello es que, además, el país fue uno de los cuatro seleccionados por el sistema COVAX para ser los primeros en recibir las dosis que otorga ese mecanismo impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Todas estas acciones han diferenciado a El Salvador de otros países que, a medio camino del combate de la pandemia, se quedaron sin insumos clave para poder atender a su población. Esto muestra por qué el Presidente Nayib Bukele es el mandatario más reconocido a escala mundial por sus acciones para el combate de la pandemia.