La actividad económica en El Salvador mantuvo avances positivos al cierre de 2020. Las decisiones que tomó el Presidente Nayib Bukele para proteger la salud de la población y propiciar la reactivación económica dejan resultados esperanzadores.
En el cuarto trimestre del 2020, correspondiente con los meses de octubre a diciembre, hubo una mejora notoria en comparación con los meses más complicados de ese año, es decir, en comparación con segundo trimestre (de abril a junio) y el tercer trimestre (de julio a septiembre), tal como lo publica el Banco Central de Reserva (BCR).
El consumo de los hogares salvadoreños incrementó 28.9 % en el cuarto trimestre en comparación con el período más difícil de confinamiento estricto. Después, al cotejar con el trimestre de julio a septiembre, hubo también una mejora de 8.7 %.
El pilar más fuerte de la economía salvadoreña es el consumo de hogares: por mucho, es el mayor dinamizador. El Gobierno del Presidente Nayib Bukele ha tomado como una política de Estado proteger la economía familiar y crear un ambiente favorable para la inversión, de manera que haya más oportunidades de empleo.
Hay otro dato del BCR que ilustra el estable ritmo de recuperación. El indicador que sirve de referencia para prever si habrá proyectos de inversión privada en los próximos meses mostró un desempeño alentador, porque al cierre del año mostró una variación de 73.1 % en comparación con el segundo trimestre y de 29.2 % frente al tercer trimestre.
De hecho, este último dato puede compararse con la importación de bienes de capital, es decir los equipos y la maquinaria que traen los empresarios al país para emprender nuevos proyectos industriales, de infraestructura o de cultivos agrícolas. Estas importaciones, durante enero y febrero de 2021, aumentaron 27 % en comparación con los mismos dos meses de 2020, hasta llegar a su mayor monto en seis años.
El trabajo coordinado del Gobierno del Presidente Bukele busca que cada vez más sectores puedan participar de la recuperación económica, con servicios eficientes, diversas opciones de financiamiento y un Estado activo en invertir para estimular la demanda. En 2021, se prevé que El Salvador cierre con un 6 % de mejoría frente a 2020.