El Salvador ha sido beneficiado con una operación de fondos provenientes de cooperación internacional para continuar con la respuesta frente a la pandemia. El país destaca en la región, además, por el eficiente manejo del Gobierno del Presidente Nayib Bukele en salud pública frente a esta enfermedad.
El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) aprobó $500,000 no reembolsables, con lo que llega a un total de $2 millones. Así lo confirmó el director de El Salvador ante este organismo financiero, Luis Rodríguez.
Estos fondos forman parte de un programa orientado hacia los ocho países del Sistema de la Integración Centroamericana. Todos recibieron la misma cantidad, de manera que el BCIE ha desembolsado $4 millones para este bloque.
La donación pasará a la institución designada por parte del Gobierno y desde ahí se utilizará para actividades que estén relacionadas con la respuesta frente a la pandemia. Es importante recordar que las instituciones trabajan coordinadas por instrucción directa del Presidente Bukele.
Desde que la enfermedad del coronavirus alcanzó a Centroamérica, el BCIE fue una de las primeras entidades que dio respaldo a las naciones. Además de los $2 millones que mencionó el director Rodríguez, también aprobó para El Salvador una serie de operaciones de préstamos en condiciones favorables.
Así, el Banco otorgó $300 millones en préstamos en el contexto del impacto que tiene el COVID-19. Hay un préstamo más, pero aún está en negociación .
El Banco también ha contribuido en el proceso de preparación de proyectos estratégicos dentro de la gestión del Presidente Nayib Bukele, por ejemplo, con el Tren del Pacífico. Esto es por el impacto regional que tendrá la obra.
Por ahora, los diputados se han encargado de truncar estas operaciones de préstamo. El paquete de $250 millones están secuestrado por parte de la oposición. En el caso de los otros $50 millones, los legisladores distorsionaron su uso sin consultar a nadie, ni al Gobierno ni al banco sobre el nuevo destino –los alcaldes en campaña– y, por respeto a los procesos ya establecidos, el Presidente decidió no darle continuidad.
Pero a pesar de los obstáculos políticos que ponen los detractores, el Gobierno del Presidente Bukele sigue inspirando confianza en los socios internacionales, países amigos y organismos financieros. Todo está en función de mejorar las condiciones de vida de los salvadoreños.