El anteproyecto de Presupuesto General de la Nación para el próximo año se presentará este miércoles a la Asamblea Legislativa, una herramienta fundamental para el desarrollo de El Salvador, sobre todo por el contexto que ha vivido el país este año por el impacto social y económico del COVID-19, la pandemia para la que ningún Estado o sistema sanitario estaba preparado.
Al respecto, el Presidente Nayib Bukele ya adelantó varios énfasis presupuestarios, priorizando la salud, por la situación y el efecto del COVID-19; educación, que deberá recibir más impulso por este año académico irregular; seguridad, para continuar los logros del Plan Control Territorial; vivienda, donde el Estado debe recuperar su rol y obligación de dar techo; y el medio ambiente y la agricultura, dos temas que van de la mano en aspectos como la reforestación de cuencas hídricas y la soberanía alimentaria.
Por ejemplo, en el caso del Hospital El Salvador, el ministro de Salud, Francisco Alabi, ya adelantó que se incluirán $60 millones para su funcionamiento, porque la apuesta es que este se convierta en un complejo médico para seguir respondiendo a la emergencia de COVID-19 y luego “descongestionar” áreas críticas de los otros niveles de atención.
Mientras tanto, en relación al Plan Control Territorial (que ya dio 32 días sin homicidios y otros logros sin precedentes en el combate a la criminalidad), se le seguirá apostando al financiamiento con recursos propios, ya que la Asamblea no ha aprobado ni ratificado dos préstamos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por $200 millones, algo que no ha frenado la ejecución de esta política de seguridad pública.
“Un presupuesto justo también debe ser uno de nuestros legados”, exhortó el Presidente en agosto, ordenando al ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, a estructurar bien las prioridades, los gastos e ingresos.
Es por ello que el Gobierno hace un llamado a la Asamblea Legislativa y, sobre todo, a la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto, a que haga un debate técnico y un contraste objetivo sobre las necesidades de gasto que tiene el país y sus diversas fuentes de financiamiento.
Debido a la pandemia del COVID-19 el país ha experimentado una caída de ingresos de casi $700 millones, según datos del Ministerio de Hacienda, y por lo tanto habrá un importante componente de deuda que debe de ser analizado sin sesgo político-ideológico.
Para este año el monto presupuestario aprobado por la Asamblea Legislativa fue de $6,426.1 millones, cifra que sufrió diversas modificaciones y reasignaciones por la emergencia de COVID-19, las tormentas Amanda y Cristóbal y otras necesidades específicas a favor de los salvadoreños.
Por último, el Gobierno del Presidente Bukele exhorta a que se apruebe a tiempo el Presupuesto General 2021 para dar certeza al país y que se deje de lado el debate político, ideológico y electoral para que se pueda continuar con los programas sociales, el desarrollo sostenible, los proyectos estratégicos y que se dé respuesta a los efectos adversos que ha generado la pandemia de COVID-19 en los últimos ocho meses.