Los efectos de la pandemia COVID-19 se extienden más allá de la salud pública y alcanzan a las actividades económicas en todo el mundo. El Gobierno del Presidente Nayib Bukele tiene en marcha un plan de Despegue Económico que ha permitido llevar la recuperación a un mejor ritmo, incluso dentro de las proyecciones de organismos internacionales.
El Banco Mundial (BM) publicó sus Perspectivas Económicas Globales con actualización a enero de 2021. En esta edición de las proyecciones, el Banco prevé que la recuperación del Producto Interno Bruto (PIB) para este año será de 4.6 % en comparación al 2020. Así, será la segunda mayor variación en Centroamérica, superada solo por las expectativas sobre Panamá.
Este informe consigna que en Centroamérica “se prevé regresar a una tasa de crecimiento de 3.6 % en 2021, apuntalada por mayores flujos de remesas y mayor demanda en las exportaciones, así como por la reconstrucción después de los fenómenos climáticos Eta e Iota en noviembre, y en El Salvador, dos tormentas tropicales severas ocurridas el año pasado (Amanda y Cristóbal)”.
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Junto a la protección de la salud de los salvadoreños como prioridad, el Gobierno del Presidente Bukele ha buscado generar condiciones para que las empresas aprovechen la reactivación económica, incluso cuando los diputados de oposición intentaron truncar todos los esfuerzos.
El fideicomiso para las mipymes, la protección de las cosechas agrícolas, el trabajo eficiente de Aduanas y de las terminales, más la ejecución de inversión pública estratégica, contribuyen a que se pueda impulsar de nuevo la productividad.
El presupuesto 2021 diseñado por el Presidente Bukele y su equipo es una herramienta que aportará también a estas expectativas, pues incluye obras como la construcción de plantas de energía, los sitios de convivencia CUBO, más viviendas y obras de mitigación.