En la última semana el Gobierno registra un descenso en el promedio de letalidades a causa de COVID-19. Cada día son reportados entre cinco y seis fallecidos, la mayoría personas adultas y con problemas de comorbilidad.
El Salvador mantiene la tasa de mortalidad, debido al virus, de las más bajas del mundo: 30.56 por cada 100,000 habitantes.
La cifra más actualizada del total de fallecidos por COVID-19 reportados por el Ministerio de Salud en el país es 1,962, en un año de pandemia. En lo que va de 2021 ha habido un descenso de los contagios y, por ende, de las víctimas mortales.
Solo el pasado 15 de marzo fueron registrados cuatro pacientes que fallecieron. La cifra de las personas recuperadas, sin embargo, es muy superior a las letalidades que mantiene al sistema hospitalario en condiciones estables de funcionamiento.
El Gobierno mantiene un plan integral de abordaje de la pandemia que ha dado resultados exitosos. Mientras en el mundo, otros países están registrando alarmantes incrementos en los casos confirmados de contagios por el aparecimiento de nuevas variantes del virus, acá la situación está bajo control con una reducción de contagios y se ha reforzado la vigilancia para la detección oportuna de nuevas cepas.
La baja de los contagios está vinculada a las acciones sanitarias que el Gobierno ha mantenido desde el inicio de la crisis, además, a la disciplina demostrada por la mayoría de la población para acatar todas las medidas de prevención.
El Presidente Nayib Bukele, desde el inicio de la pandemia, instruyó a su gabinete de Gobierno y todos los equipos, que el gran objetivo es salvaguardar la vida de la población. Esa instrucción se ha mantenido hasta esta fecha.
Si se compara las cifras de personas fallecidas a causa del virus en los países de la región, El Salvador es donde menos muertes ha habido, un hecho sin precedentes. La estrategia sanitaria desarrollada por el país sirve de ejemplo para otras naciones que están desbordados ante el alza de casos.