El Salvador es de los pocos o el único país en el mundo que no cuenta con una ley de emergencia en medio de la peor pandemia en más de 100 años. Esto se debe a que fueron declarados inconstitucionales todos los decretos del Ejecutivo donde se regulaban algunas acciones preventivas para evitar los contagios entre la población.
Contrario a las medidas rigurosas de prevención que están adoptando otros países alrededor del mundo, como limitar la circulación de sus ciudadanos en la calle, incluso toques de queda, acá en el país los diputados de oposición y sus alcaldes promueven los eventos populares donde hay concentraciones de personas.
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional, en junio pasado, todos los decretos Ejecutivos, en el contexto de la pandemia por COVID-19 con efectos de cuarentena domiciliar obligatoria en todo el país.
Mientras estuvo vigente la cuarentena domiciliar de marzo a junio, la población se mantuvo resguardada en sus casas y salían a la calle únicamente a comprar comida, en casos de emergencia o para ir a trabajar.
Además: Mientras llega la vacuna contra el COVID-19, es importante seguir los protocolos de bioseguridad
Los casos de contagio en el resto de países se incrementó, sin embargo, en El Salvador se mantuvieron bajos, gracias a esas medidas y a otras como el cierre de todas las fronteras del país vía marítima, terrestre y aérea.
La estrategia de prevención sanitaria implementada por el Gobierno funcionó para salvaguardar la vida de millares de personas.
Nuevamente hoy las autoridades del Ministerio de Salud advierten que si no se aumentan las acciones de prevención entre la población, en las próximas semanas se pasaría a una segunda ola de contagios.
En vista a que el Gobierno no cuenta con las herramientas jurídicas para implementar acciones preventivas, como las tuvo en el inicio de la crisis sanitaria, y como lo están haciendo otros países, se hacen llamados constantes a la población al autocuidado, a no descuidar la implementación de los protocolos de bioseguridad.