Hace un año, la Asamblea Legislativa decretó, por iniciativa del Presidente Nayib Bukele, el Estado de Emergencia Nacional ante la amenaza del COVID-19, cuyo primer caso fue reportado cuatro días después en el país. Desde entonces, las acciones coordinadas del Gobierno han logrado mantener un control eficiente de la pandemia.
Este decreto, del 14 de marzo de 2020, fue producto de la estrategia que el mandatario ya había articulado días antes, cuando el virus todavía no tocaba a todo el mundo y la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no había decretado la pandemia. Es más, un día antes del decreto de emergencia, el Gobierno ya había emitido una Alerta Roja, que permitió implementar medidas extraordinarias ante la alta posibilidad de afectación en el país.
Esta anticipación permitió activar los mecanismos previstos en la Ley de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres y la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública, con las cuales el Gobierno se preparó y comenzó con las acciones encaminadas a que el virus afectara lo menos posible a la población.
Fue así como se ha salvado la vida de miles de salvadoreños de por medio de estrategias concretas en materia sanitaria, partiendo de la construcción del Hospital El Salvador, reconocido a escala mundial por ser un referente en Latinoamérica en la atención de pacientes graves y críticos. También se emprendió la remodelación y acondicionamiento de los centros asistenciales de la red pública.
Pese a los rebrotes que ha habido en muchos países incluso más avanzados que El Salvador, la cantidad de contagios se ha logrado mantener estable con un promedio de 140 contagios al día, la más baja en Centroamérica.
El Gobierno no solo se dedicó a administrar una pandemia y frenar la cantidad de contagios, también realizó importantes planes para ayudar a la población afectada con la entrega de alimentos y con el rescate de las micro, pequeñas y medianas empresas.