Solo quedan dos sesiones plenarias legislativas antes de que los diputados entren al receso de fin de año, por lo que es de vital importancia que los grupos parlamentarios lleguen a un acuerdo para aprobar los $50.7 millones de la contrapartida salvadoreña para el FOMILENIO II.
De no aprobarse estos fondos el país pagaría un alto costo económico y no podría encaminarse hacia el proceso de cierre administrativo de este programa, proyectado para el 7 de enero. Este compromiso que adquirió el país en gobiernos anteriores ha sido ignorado por las bancadas de oposición, ante su negativa de votar por ese desembolso.
Sin los recursos que el país debe poner como contrapartida para FOMILENIO II, cuatro proyectos sociales de gran importancia han quedado en suspenso y en espera de la aprobación legislativa. Se trata de dos puestos fronterizos con estándares de calidad, además del periférico Claudia Lars y el distrito de riego en El Paisnal, San Salvador. Con la paralización de estas obras también se pone un revés a la generación de empleos directos e indirectos.
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La Corporación Reto del Milenio (MCC), en un hecho sin precedentes, otorgó 90 días más de plazo para el cierre definitivo de este programa de cooperación estadounidense; sin embargo, los $50.7 millones deben estar aprobados antes de que finalice el año.
El Gobierno del Presidente Nayib Bukele cumplió con su compromiso de enviar a la Asamblea Legislativa la petición de incorporar los fondos pendientes, pero los diputados se echaron para atrás y decidieron retirar el dictamen favorable que ya daba luz verde para que dichos recursos fueran transferidos a FOMILENIO II.
Esta postura política de los partidos de oposición no hace más que dañar la imagen de El Salvador ante los países cooperantes, pues le resta las posibilidades para que pueda ser un fuerte candidato a un tercer compacto de ayuda de parte de la MCC.
