Desde que el Gobierno del Presidente Nayib Bukele decretó emergencia nacional preventiva por el COVID-19 en enero de 2020, todas las medidas que se han ejecutado tienen un punto en común: la defensa de la vida de los salvadoreños, lo que abarca el Hospital El Salvador, la aplicación de tamizajes comunitarios y centinela, la entrega de paquetes alimentarios y, desde esta semana, el Mega Centro de Vacunación con el COVID-19.
Esta iniciativa gubernamental ayudará a que el ritmo de inmunización de los salvadoreños avance con mayor dinamismo, lo que demuestra que el Gobierno de la República trabaja con determinación y voluntad política para que la ciudadanía esté protegida contra el virus, que en El Salvador tiene una baja tasa de letalidad y contagio, si se compara con otros países de la región e incluso de América Latina.
Hay que destacar que, durante el último año, se ha aprovechado la crisis sanitaria de COVID-19 para también modernizar la decadente red de salud que se heredó de anteriores gobiernos, que no solo implica la infraestructura hospitalaria, sino que también el equipamiento, la atención sanitaria y la disponibilidad de medicamentos, lo que incluye la vacuna contra el letal virus de manera universal y gratuita.
“La oposición puede criticar las estrategias de salud de este Gobierno porque este es un país libre y porque tienen boca, nada más. Porque el cambio es abismal y apenas empezamos”, manifestó el Presidente Nayib Bukele.
El Mega Centro de Vacunación tendrá capacidad de inmunizar a 10,000 salvadoreños al día, siguiendo todos los protocolos de bioseguridad y la cadena de almacenamiento de las vacunas, lo que contrasta con posturas como la que defendió la oposición política y sectores médicos afines de construir hospitales carpa, que en nada dignifican la atención sanitaria para los salvadoreños.
Con estas acciones el Gobierno del Presidente Bukele sigue protegiendo el derecho a la salud y la vida de 4.5 millones de salvadoreños y demuestra que un plan de vacunación se traduce de inmediato en acciones concretas para proteger a la ciudadanía y lograr, a mediano plazo, la inmunidad rebaño para protegerse del COVID-19, mientras otros países cierran sus economías o experimentan una segunda y hasta tercera olas de pandemia.