El Protocolo Administrativo para la Prevención del COVID-19 implementado en las cárceles del país sigue dando buenos resultados. El sistema penitenciario no registra actualmente casos de internos confirmados ni con sospecha de padecer la enfermedad.
Las medidas sanitarias han sido fomentadas con disciplina por la Dirección General de Centros Penales en todos los recintos del país, para garantizar la salud a la población reclusa y del personal.
Las autoridades penitenciarias están ejecutando diferentes acciones encaminadas a prevenir enfermedades y minimizar los posibles riesgos de la propagación de COVID-19, así como otras enfermedades.
En el sistema penitenciario se registraron 1,800 casos sospechosos y 141 contagios en varias cárceles. Actualmente, todos los privados de libertad están recuperados, y no se registra internos fallecidos por la enfermedad.
En cada centro penal se aplican protocolos para evitar que el coronavirus ingrese a las prisiones. El personal de seguridad y de salud que ingresa a los centros penales pasa previamente un proceso de desinfección.
También se continúa con la búsqueda de la identificación temprana de casos sospechosos. Ya por varias semanas, según el personal del Ministerio de Salud al interior de los penales, no ha habido.
Anteriormente cuando se encontraba un interno con sospecha de la enfermedad se hacía una búsqueda de los nexos para su aislamiento oportuno y de esa manera prevenir la contaminación masiva.
Otras de las enfermedades que el Gobierno articula esfuerzos para erradicar completamente en los recintos es la tuberculosis y la desnutrición. Aunque en los últimos meses se ha registrado una reducción de casos con tuberculosis, las autoridades penitenciarias continúan trabajando para erradicar la enfermedad por completo.