A pesar de que la Asamblea Legislativa dio luz verde en junio pasado a los casi $26.14 millones del crédito-donativo con el banco de desarrollo Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW, por sus siglas en alemán) para obras de mitigación, las modificaciones hechas por el Congreso al decreto original no han sido aceptadas por ese organismo financiero, por lo que se requiere una modificación a la cual están dando largas los partidos de oposición.
Los diputados se tomaron la atribución de cambiar los destinos de las obras, cambiaron las comunidades a ser beneficiadas y agregaron otros destinos también modificaron los montos sin justificación, pese a que el KfW ya había establecido los criterios de selección y avalado los destinos que el Gobierno había programado, tal como señala el convenio entre ambas partes.
El ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez, afirmó que en el decreto los legisladores incluyeron obras de calles que no están clasificadas dentro del componente del cambio climático que establece el convenio del préstamo, en el cual se incluyen $13.93 millones de donación y $12.21 millones como crédito.
El atraso que los diputados están dando deliberadamente a la aprobación de este instrumento financiero pone en riesgo los fondos, en vista de que los mismos vencen el 31 de diciembre, lo que impedirá desarrollar obras de infraestructura para reducir riesgos de inundaciones, deslizamientos y vientos fuertes en comunidades de Soyapango, Ilopango y San Salvador, además del componente de la gestión de riesgos del cambio climático y para servicios de consultoría.
El Gobierno reafirma que el bloque de oposición que se opone sistemáticamente a recursos como el del KfW está dejando burladas a las comunidades, al pasar por alto las cláusulas del convenio entre el Gobierno y la cooperación alemana para la distribución de los fondos, violentando el artículo 2 del decreto original aprobado el 4 de junio. Los fondos, sin embargo, fueron aprobados para su suscripción en la Asamblea desde noviembre de 2019.
Los fenómenos tropicales Eta e Iota, así como las tormentas Amanda y Cristóbal, demostraron la necesidad urgente de llevar a las comunidades vulnerables las obras de mitigación que eviten tragedias como el deslave en Nejapa, ocurrido el pasado 29 de octubre.