Como una clara apuesta social y de bienestar para los grupos excluidos, luego del conflicto armado y la firma de los Acuerdos de Paz, el Presidente de la República, Nayib Bukele, continúa apostándole a la atención de las víctimas y sus familiares, no solo en cumplimiento a medidas de la Sala de lo Constitucional (que fueron negadas por gobiernos anteriores), sino también como parte de sus políticas públicas para el quinquenio 2019-2024.
Aunado a esto, el gobernante declaró ayer, vía Decreto Ejecutivo, el “Día de las Víctimas del Conflicto Armado” cada 16 de enero, lo que permitirá “recordar y honrar” la memoria de las personas que perdieron su vida y sufrieron graves violaciones a los derechos humanos, más allá del acuerdo entre el gobierno de turno y la ex guerrilla, que luego se convirtió en el partido político FMLN.
Un ejemplo de todo este apoyo es el trabajo para mejorar las condiciones de vida de los habitantes del caserío El Mozote, en Meanguera, departamento de Morazán, una de las masacres más lamentables de la época del conflicto armado, que en la práctica fue minimizada por los gobiernos anteriores.
Por ello, el Presidente Bukele ordenó acciones concretas para desarrollar la comunidad y estar siempre del lado de los familiares de las víctimas, como la entrega de becas, construir un Centro Urbano de Bienestar y Oportunidades (CUBO), mejorar la conectividad vial y la seguridad pública y habilitar conexiones inalámbricas públicas para Internet, entre otras.
Lo anterior también va de la mano con servicios de salud, proyectos de vivienda, saneamiento y el desarrollo del turismo de memoria histórica como una forma de generar ingresos económicos para sus habitantes.
Este tipo de políticas también las está implementado el Gobierno de la República con veteranos y excombatientes, a quienes, además de garantizarles una pensión digna, también se les están dando diversos beneficios sociales como becas de estudio para sus hijos o se les incluye en proyectos de vivienda y de generación de otras oportunidades para que sigan aportando a la sociedad salvadoreña.
Con estas acciones el Presidente Bukele está demostrando que, más allá de la celebración de un hecho histórico, honrar la memoria se construye con acciones concretas que los anteriores gobiernos no realizaron, además de que utilizaron la institucionalidad creada en el contexto de ese acontecimiento para luego cometer actos de corrupción, profundizar las desigualdades y estancar al país, entre otros efectos adversos.