Un poco más de cinco meses han transcurrido desde que el Presidente de la República, Nayib Bukele, inauguró el Hospital El Salvador para atender a los pacientes de COVID-19. Un centro hospitalario de primer mundo de donde se han salvado un aproximado de 2 mil pacientes.
El gobernante se anticipó a ordenar la construcción de un hospital para dar una atención digna y profesional a los pacientes de COVID-19, y se negó rotundamente a improvisar.
Mientras el mandatario giró instrucciones de edificar un hospital especializado en el antiguo Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO) para atender los enfermos ante la peor pandemia en más de 100 años, en la comisión política de la Asamblea Legislativa, un grupo de diputados opositores pretendía gestionar con la Unión Europea un hospital carpa para atender a pacientes delicados de COVID-19.
Esa propuesta fue hecha en junio pasado por el diputado Rodolfo Parker, quien señaló que faltaban camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) para dar atención a los pacientes.
La propuesta no pasó a más, aunque contó con el respaldo de otro grupo de legisladores que pretendía manejar la pandemia a como ellos estaban acostumbrados: ¡Improvisar!, sin dar una atención digna a los pacientes que no les alcanza para pagar un hospital privado.
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La atención que se da en el Hospital El Salvador es igual o mejor que la de un centro médico privado. Se cuenta con los mejores médicos especialistas y con los equipos de primera generación. Todo ese servicio, la atención y el esmero del personal es gratis para los pacientes.
Los diputados pretendían hacer un manejo hospitalario de los pacientes delicados debajo de un toldo; mientras que el Gobierno se esmeró por hacer el mejor hospital en la región. Una diferencia abismal.
Para el Gobierno lo más importante ha sido siempre proteger la vida de las personas. Una gran cantidad de recursos del Gobierno han sido reorientados para atender la crisis sanitaria y los resultados a esta fecha son satisfactorios.
El Salvador ha sido reconocido por la comunidad internacional como el que mejor manejo de la pandemia ha hecho. Se cuenta con los índices más bajos en la región en cuanto a la cifra de contagiados y de fallecidos a causa de esta enfermedad.
Otro escenario, muy distinto al actual, habría en el país si los diputados de la Asamblea Legislativa se hubieran hecho cargo de atender la pandemia. Por supuesto que el saldo fuera negativo.